Si en “La muerte del Autor”, ensayo Roland Barthes, en relación con la escritura, el “autor” se desvanece (muere) en la interpretación del texto para dar paso así al nacimiento del “lector”. De esta manera, el lector se transforma en la construcción final del libro. Este ejemplo sirve como una metáfora de una muerte voluntaria por parte del autor, que no solo prima en el acto de la escritura, sino en otros campos más, donde la continuidad de los aportes históricos sirve para la interpretación de otros sujetos para la construcción del saber. Una “Arqueología del autor” no busca encontrar el origen o los vestigios de la muerte del autor en el caso de Ciriani, debido a que su muerte no fue una voluntaria, entendiéndose esta como un acto natural que enuncia Barthes; sino por el contrario, el autor en este acontecimiento fue asesinado y acribillado. Por esta razón, esta “arqueología” plantea rastrear las representaciones de poder que conllevaron al asesinato de este autor, representante de la arquitectura moderna, y no intentar revivir o resucitar su autoría.